Ya ha comenzado un nuevo año y el mundo continúa, he
decidido iniciar mi reflexión con las sabias palabras del padre Hurtado y con
una imagen del árbol de la vida.
Elegí la imagen de este árbol que muestra las cuatro
estaciones porque creo que representa la vida misma con sus etapas, lo que va
con el tema que quiero desarrollar. Dependiendo de nuestras creencias todos
vivimos la vida desde el inicio hasta que llegua el final, sin embargo para
algunos de nosotros la vida es más que un conjunto de etapas que tienen
principio y fin, la vida tiene un propósito y nada es “porque sí”. Por eso
surge una pregunta ¿Tenemos una misión en la vida?
Soy de las personas que no están conformes con su vida,
no es que mi vida sea horrible pero no es como yo quisiera que fuera y al
pensar en eso comienzo a cuestionar todo lo que hago, hice o deje de hacer.
Después de todo lo anterior empiezo a creer que es posible que yo tenga una
misión en la vida y que mi vida no debe ser como yo quiero que sea, sino que
tiene que ser de la forma en que Dios quiere que sea para poder así cumplir mi
misión.
El punto es determinar cuál es esa misión y ¿Qué pasa si
no quiero cumplirla? ¿Qué pasa si nunca descubro cuál es? ¿Sólo yo puedo
cumplir esa misión? ¿Cómo no desviarme en este mundo que cada día es más
materialista y egoísta? Puede ser que muchos no se hagan estas preguntas pero
yo si me las hago y la respuesta es: todavía
no la he encontrado, el día que la sepa lo escribiré. Sin embargo, creo que todos tenemos una misión
en la vida que sólo nosotros podemos cumplir, el problema es que primero
tenemos que descubrir cuál es esa misión y luego encontrar la forma de
cumplirla.
El Padre Hurtado escribió sobre este tema y me parece muy
interesante comentar algunas de sus reflexiones, ya que encuentro que tiene
razón. La primera reflexión que quiero comentar es la siguiente;
“Pedimos
heroísmo a los cristianos, y ¡tanto heroísmo! ¿En qué se basa esta exigencia?
En la visión de eternidad de la vida. Uno es santo o burgués, según comprenda o
no esta visión de eternidad. El burgués es el instalado en este mundo, para
quien su vida sólo está aquí. Todo lo mira en función del placer. La vida para
él es un limón que hay que exprimir hasta la última gota; una colilla de
cigarro que se fuma con fruición, sin pensar que luego quedará reducido a una
colilla; un árbol cuyas flores hay que cortar pronto... Burguesa es la
mentalidad opuesta en todo al cristianismo: es resolver los problemas con sólo
el criterio de tiempo. ¡Aprovecha el día! Goza, goza.” (Mi
vida, pues, un disparo a la eternidad -
Reflexión personal sobre la visión de
eternidad del Padre Alberto Hurtado)
Para
muchos la vida es un limón que hay que
exprimir, hay que vivir la vida antes de que se acabe, para mí no es así. Siempre pienso en el futuro y en lo que haré
más adelante, trabajo para un fin y eso no es malo, sin embargo pensar en
lograr un fin estúpido no es bueno. Debe existir un equilibrio entre aprovechar
la vida y hacer algo provechoso de la vida, es decir, no puedo vivir la vida
teniendo como meta la satisfacción de todos mis deseos y no detenerme a pensar
en los demás, sino se vive la vida con amor por otros no vale la pena vivirla.
Esta
es la segunda reflexión que quiero comentar;
“El
mundo de lo sensible acentúa esa sed de gozo, ofreciéndonos atractivo en todo
lo que nos rodea: el cine, el gran predicador del materialismo y de la vida
fácil; la propaganda del placer y del lujo que cubre los muros y va por las
ondas: Todo nos predica el materialismo. Y no es raro que nosotros caigamos
también en ese materialismo práctico. De aquí que el mundo moderno se mueve y
se agita, pero ha perdido el sentido de lo divino. Despertemos en nosotros ese
sentido de lo divino que se fundará en un conocimiento exacto de mis relaciones
con Dios.” (Mi vida, pues, un disparo a la eternidad - Reflexión personal sobre la visión de
eternidad del Padre Alberto Hurtado)
Esto
tiene que ver con la primera reflexión porque en este párrafo se describe esa
inclinación al placer que el Padre Hurtado menciona anteriormente, el mundo es
una tentación en sí misma y es más fácil buscar placer que buscar nuestra
misión en la vida. El gran problema es
que después de encontrar ese placer y de conseguir lo que queremos no
conservamos esa sensación de satisfacción, sólo nos sentimos bien por un
momento porque después volvemos a buscar algo para ser felices unos segundos
más, lo que se convierte en un círculo vicioso y nos lleva a disfrutar la vida
por momentos hasta que se acaba sin haber conseguido construir nada duradero. Sin embargo, si no nos dejamos deslumbrar por
el materialismo del mundo podemos completar nuestra misión y finalmente conseguir
construir algo que valga la pena, que permanecerá en el tiempo, que será bueno
y que cuando se acabe nuestra vida nos traerá un premio mayor.
Es
posible que lo que digo sólo sea válido para un cristiano pero es lo que pienso
y por eso busco mi misión en la vida, creo que algún don debo tener y que tengo
que descubrirlo y aprovecharlo, no para conseguir un beneficio personal, sino
que para dar a los demás. “Cada hombre tiene una misión, misión divina
que cumplir, ya sea sacerdocio, matrimonio, trabajo manual, en que cada uno
trabaja con la perfección del que hace una obra divina que tiene proyección
eterna.” (San Alberto Hurtado)
Creo
realmente que todos tenemos una misión que cumplir, aunque sea pequeña y que si
no la encontramos y la completamos, quedará sin hacerse porque sólo nosotros
podemos cumplirla, es indelegable y totalmente personal. Es fácil desviarse del
camino, buscar lo fácil, el placer del momento pero finalmente eso nos deja
vacíos. No sé si mi profesión tiene que ver con mi misión en la vida, espero
que sí porque de lo contrario significa que estudié siete años para nada. En
fin, considero que un buen médico, un buen profesor, un deportista exitoso está
cumpliendo su misión en la vida al hacer su trabajo de la manera más perfecta y
con el fin de servir a los demás y no a sí mismo. Él que está cumpliendo su
misión en la vida ayuda a otros a encontrar su camino, deja una huella en el
mundo y en quienes lo conocen, construye una obra que tiene proyección eterna
como lo hizo justamente el Padre Hurtado.
A
veces siento que se me va la vida y que pierdo el tiempo y otras creo que hago
las cosas bien, no tengo las respuestas y no sé si algún día las tendré pero
pienso que todo lo que nos pasa es por algo, que tenemos que pasar por muchas
cosas para aprender, tenemos que vivir las etapas de la vida y superar
obstáculos. Creo que todos estamos destinados a algo más allá de esta vida, que
nuestros actos tienen proyección eterna, que somos un disparo a la eternidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario